miércoles, 10 de septiembre de 2008

En algún momento

El corazón me latía fuertemente, yo sabía lo que pasaría a continuación, a pesar de que me reusé a volver a intentarlo después de fracasar varias veces, después de que lastimaran mi corazón varias veces.

No quería estar con él, pero al mismo tiempo cada movimiento que hacía se encargaba de guiar los acontecimientos futuros... Un poco de timidez y un poco de desconfianza.

Poco a poco comenzó a quitarme la ropa, yo cedí... Mi mente en un mundo diferente a lo que estaba sucediendo. Caos, confusión, euforia, enojo, deseo, ansiedad, emoción; una mezcla de sensaciones tan complementarias y tan contradictorias al mismo tiempo.

Un beso aquí, un beso allá; un beso, otro beso... Muchos besos. Mmmm! Esos besos que me transtornan. No lo soporto! No te soporto! Esos malditos besos que me hacen desearte más. Maldito tú! Y malditos tus besos!

Maldita la vida que me hace volver a caer en lo mismo, volver a enamorarme... Juré no hacerlo y en eso apareciste! ¿Por qué putas apareciste?

Por supuesto! Apareciste para esto! Para demostrarme que no siempre tengo la razon, para demostrarme que no controlo mi corazón.

Y con cada caricia, con cada toque, con cada beso una parte de mi se desmoronaba. Cedí ante el amor... o por lo menos ante la pasión, bajé mi orgullo y te entregué mi corazón, o lo que quedaba de él.

Sí, ya se. Me dejé llevar, pero por favor no me lastimes! Ya he sufrido bastante como para volver a pasar por la misma situación. Por el mismo desamor. Por entregar mi corazón... si es que en algún momento tuve uno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario