sábado, 22 de noviembre de 2008

Cicatrices

Te pedí cicatrices
Te pedí específicamente por cicatrices
en un momento de extrema honestidad
te dije como un clamor que se escapa
que yo quería experimentar enamorarme
aunque solo fuera para encontrar cicatrices
Yo solo quería sentirlo
aun cuando lo único que recordara después
fueran las heridas dejadas
aun si lo único que me quedara fueran cicatrices.

Así que no temas dejarme cicatrices
no debes tener miedo a herirme
no temas dejar marcado tu rastro por mí
porque yo quiero dejar el mío sobre vos
quiero que nos sintamos
sin importar las cicatrices después.
Esas las enfrentaremos cuando las encontremos.

Si lo que nos provocamos ahorita es
escalofríos cuando nos susurramos de cerca
sonrisas estúpidas de felicidad incontenible
increíbles espasmos de pasión
entonces, ¿por qué preocuparnos por
las cicatrices que estos recuerdos nos podrían provocar?

Tenemos el ahora, el ya
tenemos esta infinitud de posibilidades
probemos las que nos hacen felices ahora.

Las cicatrices,
esas las pedí
esas sé que quedarán,
pero cuan feliz puedo llegar a ser con vos...
Eso es todavía un misterio.
Uno que quiero descifrar.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Somos más diferentes de lo que jamás voy a aceptarte. Incompatibilidad es una palabra fuerte, pero cada vez creo más que va con nosotros. Las tazas de café nunca serán suficientes, nunca serán suficientes los besos. Algo han de haber perdido tus labios que ya no saben igual.

Crees que sos la única con derecho a dudar, mientras que yo mis dudas suelo tragármelas con bastante agua, o con un cigarro. Pero vos no. Mi cariño es tuyo, pero cada vez creo más que la inercia es la que nos sostiene. Es la falta de certeza de que si te dejo, otros brazos me esperarán a la vuelta de la esquina. Que egoísta, que cobarde. Y de tus vicios no voy a hablar (porque también los tienes, mi vida). Callar sobre el mal del otro es parte de la buena vida en pareja. Somos paquetes, pero haces parecer que siempre me estas tolerando para estar conmigo. Yo siempre tolero, no vaya a ser que creas que sos la única en aguantar, pero yo lo que tolero lo acepto con una sonrisa porque hay cosas que simplemente no se pueden cambiar y son como son. Y no me importa. He ahí el detalle, a vos te importa y se te hace un mundo en las pequeñeces.

Ya son varias lunas que tenemos de estar en esta danza. Si de crecer hablamos, he crecido. Si de cambiar hablamos, has cambiado. ¿Pero es suficiente? No lo creo.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Cuando terminó todo

Cuando terminó todo ella lloró desconsolada.
Sabía que terminar era lo mejor para ambos, y sobre todo para ella.
Sabía, que aunque sonara horrible decirlo o tan siquiera pensarlo, él era poco para ella.
Aún así, deseaba que justo en ese momento él se retractara de todas las cosas dichas, la abrazara, la besara, y le pidiera perdón y así seguir juntos como se habían prometido.
Pero eso no pasó.

Cuando por fin se lavó la cara y borró los rastros de lágrimas de sus mejillas, se dijo así misma que había hecho bien. Que él era el que había hecho todo mal, y que además, él sabía que NUNCA encontraría a alguien como ella, y que NUNCA encontraría a nadie que le diera todo lo que ella le dio, y sobretodo que NUNCA encontraría a alguien que lo amara tanto como ella lo hizo. Entonces sonrió malvadamente (auto-consolándose) pensando que esas cosas él las sabía, y que cada momento de su vida recordaría cuanto perdió.

Pero la vida es rara, y mucho tiempo después mientras ella seguía creciendo con las heridas cicatrizadas , se encontró a sí misma pensando en él, pensando en la mirada que siempre tenía SOLO para ella, pensando en todas las palabras que aliviban el dolor, pensando en que sólo él la había llegado a conocer de verdad, pensando en esos momentos que sólo ambos conocían.
Y de repente se encontró a sí misma preguntándose si algún día encontrará alguien que la ame tanto como él lo hizo.

No entiendo

No entiendo el amor, creía que podía hacerlo, que sabía lo que se necesitaba, pero no, no lo entiendo, no sé nada. No entiendo como algo puede quedarse en tu cabeza por tanto tiempo haciendo un hueco en tu vida que cada día crece y crece.

No entiendo porqué es como un virus que se pega a las neuronas y aunque sabés que te esta matando no podés hacer nada, porque simplemente el maldito se une al ADN de tu cerebro y no lo podés eliminar sin matar tus neuronas, sin que te termine haciendo daño.

No entiendo como cada día cualquier estupidez te hace pensar en eso, en cómo se reían, como parecían felices juntos, como besaba, como te sentías cuando te besaba, en lo feliz que eras si estaba ahí al otro lado de tu mano, de tu ojos.

No entiendo porqué alguien puede amar y seguir amando después, mientras que otros ocupan tanto tiempo para olvidar, para sentir de nuevo el aire entrar en sus pulmones, para arrancarse un sabor que se añeja en sus labios, para sanar una herida que talvez nunca existió en el corazón de la otra persona.

No entiendo cómo el tiempo me hace seguir amando, pero poco a poco me obliga a fijarme en otras personas. No entiendo porqué hago cosas que me hacen sentir peor cuando las reflexiono al lado de tu foto. No entiendo porqué aun tengo tu foto. En serio, no entiendo cómo acabo metiendome con gente que no amo, que no quiero o que no conozco... No entiendo porqué lo hago...

No entiendo ni siquiera porqué no lo acepto, no entiendo porqué me engaño cuando digo que no te amo, si me basta con tomar para empezar a seguir tus pasos, a tratar de encontrarnos por casualidad, a querer verte, a querer oírte, a necesitar hablarte y cuando estoy a punto de hacerlo, comprendo que no puedo, me falta valor y me resigno como el más grande de los cobardes.

No entiendo cómo teniéndote dentro puedo empezar a sentir como crece algo más, cómo crece alguien más en mi mente, alguien que no quiero, alguien que no busco querer pero que esta ahí y que inconscientemente me obligo a querer. No entiendo nada, no entiendo porqué me duele, no entiendo porqué escribo sobre esto, no entiendo qué me pasa, no entiendo porqué me niego a entender...

Lo peor es que ni de
catarsis me sirve...

martes, 11 de noviembre de 2008

Siempre bien

Lo peor de tener tus labios tan cerca es este asco que siento en el estómago y que me quema todos los días. Realmente no entiendo cómo sigo atado a tu boca si lo único que me hace es daño, mucho daño, más daño del que cualquiera podría o debería aguantar. Y duele porque sé que no estoy siendo honesto, que te engaño solamente porque detesto la soledad y por no aceptar que las cosas son como son y no las puedo cambiar, aunque me muera por hacerlo. Realmente mi voluntad no es tanta y mientra estes aqui por mi todo estará bien, siempre bien.

Quiero vomitar, y no es por vos, es por mi. Porque cada vez te engaño más y más, cada vez conozco mejor tu boca y tu cuerpo, y cada vez siento que vos crees que te amo más y la verdad es que eso no es así, nunca será así. Yo únicamente respondo a mis necesidades, no del cuerpo, sino de la mente, y bueno, de cierta forma del cuerpo tambien, pero amor no, esto no es amor y jamás lo será.

Pero aunque piense todo esto, aunque sienta todo esto, cada vez que pruebo tus labios lo olvido, cada vez que siento tu piel lo ignoro, cada vez que estoy con vos simplemente dejo de pensar y solamente actuo, me dejo llevar pensando en otra cara que no tiene tu risa, en otro cuerpo que no tiene tu sudor y en otro amor que no esta entre tus piernas y que jamas encontraré entre tus brazos...

Querer saber

Hay tantas preguntas revoloteando en mi cabeza. Tantas cosas que quiero saber, tantas decisiones que quiero que tomes. Y aunque me haga la fuerte, aunque te pida que las hagas pensando también en lo que querés vos, porque yo no me voy a quebrar no importa lo que decidás, ambos sabemos que no es cierto. Será realmente que solo yo lo sé?

Tengo tanto que decirte, pero siento como si las palabras nunca pudieran ser suficientes para expresarlo. Cómo decir como me siento sin sonar patética? sin sonar estúpida. Sin revelar aquel lado vulnerable de mí que sé que ya bien conoces.

Y cuando estoy decidida, y cuando pienso que hoy será el día, y justo cuando sé que debo decirlo, me pierdo en tus ojos. Me pierdo en el tacto de tus manos por mis mejillas, en tu mirada centrada en mis ojos como si pudieras ver hasta el interior de mi alma de vuelta. En ese preciso instante, pienso que realmente no hay nada que decir, que todo está bien.

Cómo poder lograr decirte lo que quiero saber si tan solo sentir tus manos sobre mi cuerpo me hace olvidar la existencia de un lugar más allá de nosotros juntos?

Rutina

Tus besos no serán suficientes para acortar la distancia. Siento que en cierta forma, hay como un océano que nos separa, y que hace que por más que grites, tu vos no llegue a mis oídos. Un océano en verdad nos separa, y la sal del mar hace que no llegue a mí la posibilidad de la sal en tus mejillas. Me es indiferente que observemos la misma luna.


Y cuando te veo, ya no brillan como antes tus ojos, aquellos pequeños pozos del alma que me ahogaban en ti cuando me sumergía. Y cuando te veo, mis labios ya no se entreabren como buscando un beso.


Y me decis:


“te quiero”


Respondo:


“y yo a vos”