miércoles, 3 de septiembre de 2008

¿Cuestión de edad?

Debía tener quince años o más que yo, pero no importaba, ¿o si?.
Nos besábamos intensamente, y yo sentía que mi corazón se iba a salir de mi pecho, después de años de observarle, de sonreírle y saludarle; por fin podía sentir sus carnosos labios contra los míos.

Mi ojos querían llorar de la felicidad no lograba concebir que fuera verdad lo que estaba viviendo, en mi propi cuarto como siempre lo había fantaseado, con las esencias de aromas que decoraban cada rincón de mi habitación. Su vientre sobre el mío, nuestros ojos conectados como si pudiésemos ver a través de nuestras almas.

Note su sonrisa pícara, esa sonrisa que me hizo enamorarme desde el principio, por supuesto ya sabía que yo que debía tener mucha más experiencia en cuestiones del amor y sus aventuras. Pero en ese momento no me importaba mucho ¿o si?

Yo apenas estaba estudiando, y mientras veía su ropa por el piso no podía dejar de pensar que venía del trabajo. Notó mi momentánea duda y con suavidad me volteo nuevamente hacia su rostro y me miro fijamente con esos ojos color café que hacían estremecer cada uno de mis poros, y me preguntó.

¿Te estás arrepintiendo de lo que hacemos?

De inmediato le dije que no, y deslice mis dedos por su cabello mientras podía ver pequeños y delgados cabellos blancos dispersos por todo lado.
Baje mis manos por su espalda sentí su piel bien cuidada, sin rastros de impurezas, sentía el calor de su piel, su aroma, su respiración y mi corazón seguía latiendo a mil por hora.

Sabía que eso había sido amor a primera vista, pero la duda me comía.
¿Más de quince años es mucho o no?

En realidad estaba buscando alguna excusa para no hacer lo que estaba haciendo. Cerré los ojos mientras sentía su presencia. En realidad su edad no me importaba.
Volví a mirar su ropa en el suelo, vi su enagua, sus prendas íntimas, su blusa. La volteé a ver nuevamente y la besé.

No definitivamente su edad no me importaba. Mire hacia donde estaba mi ropa y pude contemplar mi propia enagua, mis medias, mis zapatos, y el resto de mi ropa.
No, definitivamente no era su edad la que me hacia dudar.

4 comentarios:

  1. Mae!!! Me tenía demasiado bateado!!! No sabía qué imaginarme hasta el final!!! Esta bueno jeje

    ResponderEliminar
  2. Jajaja aún tratandose de un tema que no me atrae mucho que digamos (sexo entre dos mujeres) esta entrada me gusta muchomás que la última jeje, es boma es broma ;p

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar