martes, 30 de septiembre de 2008

Entre la culpa y el amor

Eran las 7 de la mañana, mire la cicatriz en mi pecho y recordé todos aquellos momentos en los cuales la miraba incansablemente, con la idea de verla sanar poco a poco.
Las siete de la mañana, el momento en el que durante tanto tiempo la enfermera llegaba religiosamente a bañarme...

Ese accidente se dio en un día como cualquier otro. En el cual habíamos decidido ir a la playa, mis amigos y yo. Como el camino era largo, nos turnábamos para manejar. Fue a mí al que le tocó la última parte del viaje. Cuando por esas cosas de la vida que uno no comprende, vi el furgón justo delante de mí. El tiempo me dio apenas para intentar esquivarlo y lo logré derrapé un poco, pero el carro hizo un giro extraño, por el agua que todavía quedaba en la carretera de la lluvia que había pasado unos momentos antes. Así, no pude reaccionar a tiempo, y fuimos a dar al guindo que estaba al fondo de esa curva.

Sólo yo, perdón, sólo él y yo logramos sobrevivir. Observé hacia la derecha y ahí estaba mirándome, de pie. Ese día milagrosamente él logró salir casi ileso del accidente. Desde entonces aparte de mis padres, es la única persona que me visita. Claro los padres de mis amigos, nos culpan por la muerte de ellos, y yo en mi interior también me culpo por su muerte; pero no sé, si es peor quedar viviendo con la conciencia cargada de culpabilidad.

Pero él, él no me culpa, pasaba el día esperando que despertara para traerme ese vaso con agua que por la culpa de mi pulmón perforado, no puedo alcanzar yo mismo. O ese periódico que está en la entrada de cuidados intensivos. Esas pequeñas cosas que un enfermo no puede hacer, eso lo hacía él por mí.

Amigos y confidentes desde la infancia, eso habíamos sido Tony y yo. Pero en esos momentos ya no podía definir que éramos. Sencillamente mi vida sin él ya no la podía visualizar, sus atenciones, preocupación por mi salud, su alegría al hablar conmigo, y la forma como me miraba a los ojos. Eso no era de un simple amigo.

Una vez que salí del hospital, tras largos meses de espera, decidimos que era hora de independizarnos y empezar una nueva vida, lejos de esa gente que nos culpaba por haber sobrevivido.

Así empezamos nuestra vida juntos, seguimos nuestras vidas normales, pude conseguir una nueva con la cual no duré más que un escaso mes, mes en el cual no logré sentirme feliz en absoluto.

Pero la vida seguía y los dos lo sabíamos, hasta que un día, de repente todo cambio de nuevo. Sentí un dolor inmenso, que me penetraba el alma. Un dolor como ninguno que haya sentido antes. Quise gritar pero las palabras no lograban salir de mi garganta. Quise salir de la ducha y tratar de buscar auxilio. Pero las fuerzas abandonaron mi cuerpo. Lo último que recuerdo fue sentirme caer hacia el piso del baño, sentir como el agua recorría mis muslos y mi cuerpo… Y pensar en él.

Cuando abrí los ojos ahí estaba Tony, con sus ojos bañados en lágrimas y desesperado, tratando de hacer que yo recuperará la sensatez. Me bastó ver su preocupación, para que el dolor que me había atacado anteriormente, se alejara de mí.

Me incorporé poco a poco, él con su pelo negro mojado y sus pupilas impregnadas en lágrimas de preocupación. Algo se movió dentro de mí, algo que no sé cómo llamarlo, pero lo abrace también llorando y sin planearlo ni darnos cuenta de cómo sucedió, nos besamos, suave y silenciosamente.

Me secó con una toalla, y me llevó a la cama a descansar, se tumbó a mi lado. Mientras me besaba me dijo: “Te amo” y yo le respondí: “Yo también te amo”.

Así poco a poco nos quedamos dormidos, sabiendo que al despertar iba a empezar una vida totalmente diferente a la que llevábamos, pero al tanto de que la felicidad por fin había llegado a nuestras almas.

sábado, 27 de septiembre de 2008

Esa piel

Adoro esa piel. Fantaseo día y noche con tenerla en mis manos, y esta noche, por fin, vamos a estar juntos. Sólo esa piel tiene semejante efecto en mi, puede que no sea como las de los anuncios, puede que no sea la más cotizada por mis pares, puede que tenga algunas imperfecciones, pero solo esa piel me motiva, solo esa piel me excita, solo esa piel me desvela.

Desde el día que el destino nos presentó, mi vida no tiene otro objetivo que estar con ella. Ya no me atrae ningún placer carnal, las artes han empalidecido ante ella, los músicos han enmudecido para mi, y el teatro ha perdido sentido. Solo la presencia de esa piel me hace sentir vivo, es el único motivo para salir de mi casa, es la única razón de mis pocas sonrisas.

Seríamos tan felices juntos, la pasión se desbordaría a niveles incalculables, nuestra alegría sería eterna. Pero, para mi desdicha, esa desgraciada mujer imposibilita nuestra relación. Ella siempre está con mi amada, siempre se interpone entre nosotros, siempre me observa con esos ojos. ¡Cómo odio esos ojos! no entiendo cómo semejante belleza puede juntarse con esos ojos. Siempre observando, no puedo apreciar esa piel perfecta sin topármelos, no puedo disfrutar de la vida sin que me juzguen.

Pero esta noche, esta maravillosa noche, voy a tomarla sin que esos miserables ojos me detengan. Esta noche sin luna es perfecta para nuestro tan esperando encuentro. He preparado todo lo necesario con meses de anticipación, planeado cada paso con detenimiento, revisado minuciosamente todos los instrumentos y analizado cada detalle a profundidad. Nada va salir mal esta noche, nada puede salir mal esta noche.

Aunque tengo un plan detallado de nuestro primer encuentro, aunque haya soñado con esta noche por meses, aunque haya visualizado cada momento, no puedo evitar sentirme nervioso. Silencioso, me acerco a ella. No quiero apresurar las cosas, quiero que ella recuerde esta noche como la mejor de su vida, porque definitivamente, esta va a ser una noche inolvidable.

Al tenerla ante mis ojos, todos mis planes se borraron de mi mente. La perfección en su más pura forma está frente a mis ojos, lista para que la tome. No puedo describir mi emoción en estos momentos, mi corazón palpita a más no poder, mi respiración se acelera, mis manos sudan y mi pulso tiembla. A pesar de mi nerviosismo, esta va a ser una noche perfecta.

Y lo hubiera sido si no fuera por esos ojos. A pesar de asegurarme de que no estaban presentes, despertaron súbitamente, acompañados por los gritos desesperados de esa detestable mujer. ¡Cómo odio a esa mujer! sólo ella puede ser capaz de detener nuestro amor, sólo ella puede ser así de insensible ante nuestro profundo romance, sólo ella puede ser tan repugnante para gritar despavorida ante mi presencia. Definitivamente, ella tenía que callarse si yo quisiera disfrutar de esa piel.

Un par de golpes no fueron suficientes para tranquilizar a esa desesperante mujer. Por suerte, vine preparado para todo. Un póco de éter es suficiente para dormirla de nuevo. Para no dejar nada al azar, decidí atarla y amordazarla para prevenir futuras interrupciones. Todo tiene que ser perfecto para mi amada.

Esos gritos seguramente han alertado a algún habitante de esta casa, por lo que debo acelerar el plan, por más que deteste esa idea. Puede que este momento no sea tan romántico como quisiera, pero una vez que la tenga, voy a poder disfrutarla cuantas veces quiera, y no puedo arriesgarme a perderla.

Mientras separo tan preciada piel de semejante monstruosidad de persona, me sigo preguntando como una piel tan hermosa le puede pertencer a una mujer tan detestable.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Calor

Aquí estoy.
Todo mi cuerpo vibrando con deseo.
No puedo dejar de pensar en us labios sobre mi cuerpo
recorriendome sin saciarse nunca
Recuerdo tu respiración entrecortada cuando te besaba,
cuando nuestros labios se buscaban frenéticamente.
Me produce ansiedad tan solo pensar en el calor de tu cuerpo.
te quiero estremeciendote sobre mí
quiero tus manos recorriendome toda
te quiero a vos, todo, teniendome.
Pero no estás
Y si no son tus manos llevandome al extasis
si no son tus labios volviendome irracional
encontraré otros que me satisfagan.
Nunca tanto como vs
Jamás nadie sabrá como hacerme explotar como vos
Jamás buscaré desaforadamente por otros labios como buscaba los tuyos.
Pero hay muchos que serán suficiente para calentar mi frío cuerpo cuando no estés.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

promesas de arena

Me prometieron el paraíso. Yo busqué
Me prometieron que la miseria pasaría. Yo esperé
Me prometieron romance. Me llenaron de ilusión
Me prometieron pasión. Sigo soñando con ella
Me doparon con amor y sexo. Sigo creyendo sus mentiras


Quién busca, encuentra arena
Busqué una ilusión
Encontré un espejismo de arena
En este desierto de lluvia
lleno mi vacío con arena



Mientras comemos arena
Lloran de hambre, gritan de muerte
Y solo pensamos en buscar más arena
Llenar nuestro vacío con mentiras,
nuestras vidas con arena



Ya no busco, ya no creo en la arena
Ya no sueño, ya no espero
Ahora odio, seco de tanta arena
Ahora tomo,
Para mojar toda esa arena


Mientras usted leyó esto (aproximadamente 30 segundos)
8 niños menores de 5 años murieron de hambre en el mundo
Tal vez deberíamos reorganizar nuestras prioridades
y dejar de pensar tanto en el amor y la pasión

lunes, 22 de septiembre de 2008

Por amor...

Siento frío, todo está oscuro y el parpadeo de la lámpara me dice a susurros que lo que acabo de hacer probablemente no fue lo mejor...

Hace frío, un frío que cala en mi carne... No es que me falte calor, de hecho no hace tanto frío, pero siento que sale desde mis huesos cómo si mi alma se hubiera congelado por unos instantes y estuviera recuperando su humanidad muy despacio.

Mi respiración es agitada, mi pulso esta apunto de parar mi corazón, la adrenalina me intoxica y mis labios están secos, al punto de agrietarse y empezar a sangrar. Su respiración es breve, pausada, casi nula, se encuentra en un éxtasis funesto.

Nunca creí que un hombre fuera realmente capaz de hacer cualquier cosa por amor, nunca creí que un hombre como yo fuera capaz, nunca. Y es hasta hoy que lo tengo a él entre mis brazos, contra mi cuerpo, que sé que sí puede ocurrir.

Lo que acabo de hacer me imagino que solo se puede hacer por amor, olvidar lo que sos, lo que te enseñaron y toda la mierda que te meten en la cabeza para terminar así como terminé yo, haciendo lo que hice, con las manos sucias, un ojo hinchado y una sonrisa de maníaco tan espantosamente perturbadora.

Puedo sentir su respiración todavía agitada pero quieta, cada vez más tenue y callada. Su cuerpo aún esta caliente, pero se entibia como el bombillo de la lámpara que acaba de apagarse. Mi delirio cede, mi brazo se detiene y lo escucho gruñir algunas ultimas palabras mientras cierra sus ojos. Pensé que ya no podía más que ya todo había acabado.

Lo aparté despacio, con cuidado, pero él sacando fuerzas de la nada intentó retenerme, como sosteniéndose de mis hombros, pero ya simplemente no tenía fuerzas. Sus piernas flaqueaban. Resulté más astuto de lo que pensó y simplemente mi joven fuerza lo venció. Lo dejé ahí tirado y ya no dijo nada...

¡Mierda! En lo único que puedo pensar es en que me estoy quemando por un cigarro, pero ni eso puedo. Entre los venenos del mundo, las mujeres y el tabaco son mis preferidos, aunque en ese momento la sangre de mis labios tenía un sabor tentador. Pero no, tengo que arreglar todo este desorden para que quede como si no hubiera pasado nada. ¡El maldito me embarro todo!

Debo confesar que siento un poco de asco, mi estómago esta revuelto y el sabor a sangre en mis labios no me ayuda a controlar las ganas que tengo de vomitar... Hace como cinco minutos que no lo oigo... todo me huele a óxido, todo lo siento rojo, todo lo veo oscuro.

Algo me moja la cara, siento que escapa primero de mi hinchado ojo derecho y luego sale igual del izquierdo... ¿Por qué lloro?... No lo sé, de felicidad tal vez... pero mis lágrimas siguen sabiendo a sal aunque sean de alegría... Es extraño, todo a mi alrededor me resulta tan repulsivo y pese a eso tengo una sonrisa de satisfacción tan insigne en mi rostro y una mucho mayor en el alma. Si no resultara tan irrespetuoso me le reiría en la cara ¡Diablos debería hacerlo! Pero la humanidad volvió a mi cuerpo con el calor en la sangre, así que ya no puedo hacerlo, no voy a hacerlo, creo que para el pobre hombre ya fue suficiente. Me acabo de quitar un gran peso de encima, me acabo de condenar, pero somos libres por fin, ella y yo.

Ahora sus caderas van a ser solamente mías, este maldito viejo ya no nos va a estorbar... Qué satisfacción fue sentir mi cuchillo desgarrarle el abdomen una vez tras otra, una vez por cada beso que le dio a ella con su asquerosa boca de anciano, con su saliva y su aliento a tabaco añejo. Deshacerme de él a estocadas, embarrando de sangre mi cuerpo, mordiendo mis labios de rabia para asegurarme de que cada puñalada lo hiriera aún más mientras lo aferraba a mi para que no escapara. Sólo saber que ella, después de hacerle yo el amor iba directo a la cama con él me atormentaba. ¡Pero ya no más! ¡Ahora ella es totalmente mía, únicamente mía!

Esta noche, apenas me desocupe de todo este enredo de mierda, la voy a llamar. Con una dulce voz de joven enamorado le diré que somos libres, le confesaré que por su amor soy capaz de todo y que nos libré de sus miedos. Ella será feliz, porque después de lo que hice ella tiene que ser feliz. No nos tendremos que esconder más, ya no hay nadie a quien temerle. Hoy mismo iré a su casa, le haré el amor como un animal saciando sus ganas y las mías, la besaré pensando en que es mía definitivamente, que se la arrebaté por fin a ese maldito viejo. Pero primero arreglare todo aquí, limpiaré la sangre que pringó el escritorio y mi ropa, tiraré en un guindo el cadáver y me desharé del cuchillo, aunque podría quedármelo como un recuerdo. Haré todo pensando sólo en sus labios y hasta buscaré la forma de quitarme este sabor a sangre de la boca...


Ahora vos sos mi mujer.

viernes, 19 de septiembre de 2008

Carta!!!

De : mi

Para : ¿¿??

Esa noche te vi, te besabas con ella, y luego te besabas con él. Sabiendo que era conmigo con quien estabas. Subí corriendo con lágrimas en mis ojos no sabía si estabas con ellos, porque ella te daba los senos que yo no poseía, o él la estatura que no lograré jamás alcanzar. O tal vez por que nunca me quisiste.

Te dije que te amaba en un suspiro lleno de alcohol, de lágrimas, y de pensamientos.
Te dije que te iba a esperar, que yo sabía que no era el momento. Aunque adentro de mi ser, yo sabía que eso no era verdad.

Oía como la música se iba amortiguando conforme yo me iba alejando del lugar. Voltee para ver si venías a consolarme o decirme que todo estaba bien. Pero no, ahí donde volví a ver sólo reinaban las luces de la ciudad, la música del antro, y miradas incómodas de gente que me veía entre risas y preocupación, mientras yo corría desgarrado en lágrimas.

Agarré un taxi y le dije que me llevará a dar vueltas, que no tenía ningún lugar donde ir. Porque, en esos momentos no sentía ganas de volver a ese “hogar”, que sin tu presencia está vacío.

Al final me decidí volver a mi casa de nacimiento, ahí donde mis padres me recibieron con fuertes abrazos. Nunca supe, y todavía no sé si esa noche la terminaste con él, y con ella, o con más gente.

Parece que se te olvidaba la forma como hacíamos el amor… Como nuestros ojos se miraban… Como nuestra sonrisas se encontraban… Y como luego de eso…

Luego de eso…

……………

Me decías que me tenía que ir, porque te daba miedo que me pasará algo.
Sé que tenías varios nombres, porque leí los mensajes de tu celular, te llamaban con nombres que yo sabía que no eran los tuyos, te incitaban a charlas seductoras, cargadas de temas sexuales.

Y yo en mi ingenuidad y estupidez me refugiaba, pensando que podía llegar a tu corazón.
Ese fue mi error, por eso hoy en esta carta te escribo lo que sentí. Aunque no sé a quien dedicársela por que no sé por cual nombre o apodo llamarte. Así que sólo la pondré aquí en este lugar, que sé es tu favorito para que la puedas leer.

Gracias por dañarme de esa forma, porque ahora soy mucho más fuerte que lo que nunca fui. Gracias por envenenarme de odio, mentira y falsedad, porque ahora te puedo decir que te perdono de todo corazón.

Atte: YO

jueves, 18 de septiembre de 2008

Más lejos de lo que jamás pensé

Dejé que te deslizaras lejos de mi
Jaja, es gracioso que digas que no soy tu tipo
Pero yo puedo hacerte temblar...
Y te quemas pensando que no eres la única
te dejaría serlo, si tan sólo dejaras de estar a la defensiva

Ahora te vas, lejos de mi
Y no tengo la menor idea, de si podré encontrarte

Pero sientes mi aliento en tu cuello
y no puedes creer que estoy detrás de ti

Y es que siempre me haces regresar por más
Todo podría haber terminado hace tanto
pero simplemente no me importa en lo más mínimo

A veces te la juegas tan bien que es muy difícil no sucumbir
Y no entiendes, que las cosas se me complican demasiado
jaja es gracioso que pienses que soy una chiquilla
Te sorprendería de todo lo que soy capaz...
...Cuando me atrapan
Y sufres pensando que estoy con otro hombre...

Me pregunto si él, es la mitad de lo que yo soy

Y ahora te vas, a otro lugar lejos
no sé si podré encontrate
Pero sientes mi respiración en tu oído
y no puedes creer que estoy detrás de ti

Y es que siempre me haces regresar por más
y me siento un poco mejor que antes
Todo podría haber terminado hace tanto
pero simplemente no me importa en lo más mínimo

Porque esta noche,
llegamos más lejos de lo que jamás pensé


Por favor creeme
Es acá contigo donde quiero estar
Prométeme que esta vez no te irás

Conquístame pero suavemente
Hazme desear, pero no me engañes
Háblame, toma tu tiempo, pero háblame

Porque siempre me haces regresar por más
y me siento mucho mejor que antes
Todo podría haber terminado hace tanto...
Y qué mas dá
Esta noche, llegamos más lejos de lo que jamás pensé



martes, 16 de septiembre de 2008

Caracoles, rosas y chocolates...

Sé que te gusta andar en las nubes, que tu mente es traviesa y se siente libre al pensar en caracoles junto al mar. Sé que te gusta volar entre los cerezos pensando que la vida es linda y que algo mejor siempre está por llegar, aunque tus rodillas estén lastimadas y tus alas ya no sean tan fuertes.

Sé que detestas que las estrellas sólo salgan de noche y que no puedan alumbrar tus días. Sé que odias que la luna esté tan lejos y que por eso coqueteas con ella desde la ventana de tu cuarto.

Sé que el cariño es como el agua que te da fuerza, que piensas en besos dulces y abrazos acaramelados. Sé que sin la magia tu mundo no existe y que si no existes la vida pierde el color.

Sé que te duele ver como mueren las rosas en los jarrones, aunque te hipnoticen sus lamentos cuando te las he enviado yo. Sé bien que las flores son la mejor forma de llegar a tu corazón y mis palabras la mejor forma de decir que te quiero.

Sé que un helado te convierte en una niña feliz y un chocolate te hace sentir siempre mejor. Sé que las cosquillas te hacen reír y que nunca debo tocar tu pelo cuando lo recoges porque eso te enoja.

Sé que detestas arreglarte para salir, que te sientes bella con poco maquillaje y que la ropa sofisticada te hace sentir incomoda. Sé que aunque no seas vanidosa te ves mil veces en el espejo y que tu perfume es un hechizo que hace a mi corazón perseguirte.

Sé que te gustan los cangrejos, las jirafas, los canarios, las amapolas, la playa de noche, los lugares fríos, la madera... Sé que te gusta reír, correr, jugar, morder, besar...

Pero... ¿qué se yo?

Yo solo sé que cuando hablo mis ojos dicen cosas que tú no entiendes, y si no me entiendes ¿qué gano yo con saber tanto de ti, si tú no sabes nada de mi...?


Dejaré esta rosa en tu puerta y un chocolate,
para que no llores tanto...

La Cama

Mi amor:
Querido Seb

Sebastián:

Sólo te escribo para ver cómo estás.

Hola, ¿cómo est Si volvieras, te lo juro qu

Pareciera que todo te sigue esperando, y sé por qué lo digo. Junto a la mía está tu almohada, y todavía al pie de la cama está tu libro en la página en que lo dejaste. Todavía acostado en mis piernas está Benito -¿le tenías que poner Benito?- que de vez en cuando bosteza y se me acerca descaradísimo a pasarme la lengua por el cuello.

Todo te espera. Aquí en la cama, sobre todo, te espero yo, aunque ya no sepa qué espero. Duermo hacia un lado, esperando despertarme y encontrarte en el otro, aunque lo que encuentre sea mucho frío y se suban a la cama las ganas de que me abracés. Con las ganas viene además el recuerdo de esa primera vez que me abrazaste, y cada vez que viene el recuerdo subo yo a la cama las fotos que tenemos –muy pocas para mi gusto-. Generalmente luego vuelve a subir Benito, y muevo tu libro para que no le pase nada. Estoy segura de que hay una pizca de futuro que entra por debajo de las cobijas. Se mete entre las almohadas el miedo que me da el animal que se oye afuera de la ventana. Le digo que no, pro igual entra un poco de odio por que no estés aquí. Por los lados la cama se va llenando de eso que hace que te espere, y ya casi no hay espacio para mí. Cruzo las piernas para guardar todavía un campo para vos.

Esperá. Hay algo en el pasillo. En la cama todos nos quedamos quietos, porque no podemos no pensar que podrías ser vos. Oímos algo que tiene llaves, y lo sentimos entrar al cuarto y sentarse en la cama. Lo vemos acostarse y nos cuesta un momento reconocerlo, pero cuando le vemos la cara no nos queda duda.

Disculpá entonces que te haya escrito en vano. Lo que llegó fue la esperanza de que cuando volvieras fueras el mismo. Mejor ya no volvás, entonces, porque entre Benito, los demás, él y yo, en la cama ya no quedaría espacio para vos .

Podés recoger tu libro.

Te espera,

Te ama,

Te amó,

Carmen.

lunes, 15 de septiembre de 2008

El suicidio de ese amorio

Amor, no puedo creer que me dejaste un piano desafiano, una guitarra herida, un brazo sin cicatrizar.¿Como me dejaste asi? Amor, dejaste mi cama, mi amor lesbico por siempre se fue en los brazos de un desconocido...si te cambie, y la verdad no pienso traerte de vuelta. Si te viole, pero no pienso tocar tu frio cuerpo de nuevo. Si te ame, pero ya no pienso hacerlo. Mujer, ¿como me atrapaste asi? !ME MENTISTE! Y aunque fuiste la unica en mi cama cuando los demas se habian ido, me dejaste matar mi corazon contigo, y aunque me ames, se te pasara. Se que no soy la unica que te amo, y se que muchos te aman, amor. Pero no puedo seguir asi, no puedo vivir de vos, y menos...pasar las mas triste horas de mi vida contigo, abrazadas llorando, abrazadas muriendo. Y nuestro amor nos llevo al suicidio...¿como pudiste? Te ame, y por mas que lo intentes querida, y por mas que duela, no pienso volver. Soledad, en otra cama dormiras esta noche, amada, a otro seduciras y hundiras en la miseria. Soledad. Ya no mas. Te ame, y mucho, pero...lo amo mas a el.

sábado, 13 de septiembre de 2008

Tuyo y mío

Tu habitación o la mía, en todo caso una esquina, un rincón siempre sirven para hacer el amor.

Mirada tuya, mirada mía; beso tuyo, beso mío; mirada tuya perdida, mirada mía fría. Una caricia, dos caricias, tres caricias, sí, sí, varias caricias que sólo buscan despertar el placer; el tuyo por supuesto, porque para mí es lo mismo de siempre.

Comienzas por la espalda, yo te dejo; el cuello, la misma reacción; me quitas la ropa, te quito la ropa... ¿dónde está la pasión?

Ya no hay prenda que soltar, sólo besos para dar. Un beso tuyo, un beso mío; un beso fuerte, un beso frío.

Llegas hasta mis piernas para besar mi intimidad y sigues creyendo que con esas cosas me haces suspirar. Si tan sólo supieras que lo único que logras es tenerme en una cama con ganas de poder desear de verdad.

Nuevamente a mi boca. Me besas, te beso; me tocas, te toco; me sientes, ¿te siento? No, definitivamente no te siento.

No te arriesgas a cometer un error, sigues al pie de la letra alguna especie de manual con instrucciones definidas para ser el mejor. Nada nuevo, nada diferente, nada que me haga respirar fuerte.

Te colocas sobre mí, listo para actuar. Entras lentamente, sales igual; entras una vez más, vuelves a salir; entras, sales; entras, sales; entrs, sals; entr, sal; ent, sal; en, sa; en, sa; e, s; e, s; e, s; e, s... zzzz... Me aburre sólo pensarlo. La misma acción, en la misma posición y de la misma manera por 45 minutos no tiene nada de divertido. ¿Dónde está el romance? ¿Dónde está la creatividad? Se me olvidaba, entre nosotros no hay amor, sólo sexo... Y el mismo de siempre.

Tus ojos desorbitados me indican lo que viene a continuación, pretendo sentir lo mismo, pretendo! Cambio la mirada, finjo unos cuantos sonidos. Terminas, termino. Terminó, como siempre. Un beso tuyo, un beso mío; un beso cálido, un beso frío.

Toda la ropa vuelve al lugar adecuado, cuidando cada detalle para no dejar muestra alguna.
-"A que hora mañana?"- preguntas sutilmente,
-"A la misma hora"- respondo como siempre.

viernes, 12 de septiembre de 2008

En las nubes

El romance es un arte. Requiere de creatividad, de astucia y valentía. No es cualquiera quien  encuentra la "técnica" adecuada o precisa para cada persona. Esto porque como en todas las artes, la significación es extremadamente subjetiva.

Además, ¡el romance está en todas partes!: en los libros, en las películas, en el bar, en canciones, en cafeterías, en blogs, en la biblioteca, en las conversaciones carentes de sentido pero llenas de roces, en las historias que cuentan los cangrejos...

Los grandes artistas pueden ser muy sutiles y esconderlo en sonrisas, en abrazos, en palabras. Andan de un lado para el otro encantando e incluso enamorando a sus lienzos. Les toman la mano, les respiran cerca, les observan como llamando con los ojos a ese otro par ansioso. Algunos besan con cautela las mejillas para no provocar sospechas, mientras otros más atrevidos buscan un leve reposo sobre la otra boca.

Sin importar la magnitud del romance, éste es el arte que provoca mayores emociones. La expectativa, la alegría, la psicosis... las ganas de saltar hasta lo alto para aprender a escribir su nombre con nubes.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Animal Humano

La gran diferencia entre los humanos y el resto de los animales, dicen que por ahí, ni siquiera es la inteligencia, si no los sentimientos, nadie debe perder su capacidad de sentir con el corazón, no con la piel, porque quien lo hace se deshumaniza, se convierte en animal.

Y es que el sexo, es parte de nuestra naturaleza, somos seres sexuales, somos animales. Pero también somos humanos y somos seres sentimentales. Somos la única especie que además de besarse, jugar, acariciarse mientras tienen relaciones sexuales, es capaz de verse a los ojos, el uno al otro.

El sexo sin amor es un acto animal y vacío, el sexo con cariño, con amor, es un acto humano. Ambos dan delicioso placer, pero sólo el segundo se siente bien.

Si... dejémos de coger y empecemos a hacer el amor.

Tornillos

La verdad esto no es nuevo. A veces pienso que desde antes de conocerla la estudiaba y la esperaba. Así es como han llegado todas mis penitencias, en las raíces de mi estudio para evadirlas. Ahora, sobre ella nunca pude concluir demasiado. Es hasta ahora que la veo desordenada (y cuán desordenada) en la cama que puedo contar lo que creo.

Sólo puedo suponer que siempre fue un espíritu de esos que logran estar por encima de todo esto; que le dan lo mismo los tornillos y los puertos, que puede pasar días sólo viendo el fondo de algo que nadie más ve, con la cabeza apoyada en la muñeca y la mano cayendo sobre el hombro. La conocida inconstancia supongo que no será tal, sino que será la oscilación natural del alma que los demás mantenemos ahí quieta usando la cabeza.

Si no me equivoco, para ella el cuerpo no podía ser menos importante. Gran vehículo, claro, pero instrumento de tornillos y puertos al fin y al cabo. Debe ser por eso que tantas veces no se percató de que estaba sangrando hasta que la sangre había manchado algo que sí le pareciera importante.

El tiempo le era tan poco significativo que no entendía cómo podían crecerle tanto las uñas en el momento que eran los meses, y aun así todas las mañanas me despertaba y me hacía presenciar el ritual de su vuelta al mundo, agitadísima por la sorpresa que le causaba haber revivido después de la noche.

Yo no fui nunca una excepción a sus excentricidades, y me tenía en tan alta estima como podía tener un pañuelo. Cuando veo hacia atrás pienso que me compartió su existencia por caridad, tratando de arreglarme con el día a día. Yo la veía hacerse más transparente cada noche, cuando se sentaba al borde de la cama a reponerse del fracaso que había sido compartir su perfección conmigo.

Para ella siempre fui el yo iluso, yo leproso, bajo, sarnoso, existente, terrenal, yo carbón. Yo que me arrastro por el mundo, que no levito como ella, que soy un aparato de tripas, que tiene cólera, que la quiere a ella y no la tiene, que en cambio de tenerla –y como buen animal- tiene el instinto y los dientes, y las ganas carnívoras de ella entera, no de la carroña de lo que le pudiera quedar de corpóreo.

Qué asco le da mi sangre, cómo la enferma. Cómo quisiera que yo no tuviera boca, que no le acercara las manos, pero sobre todo mi sangre. No tolera pensar que late y que me circula sucísima, constante.

Cómo le molesta. Ya no falta nada para que amanezca y me despierte agitadísima por haber revivido después de la noche y luego se vaya a esconderse de mí adonde nunca la encuentro. Por eso esta vez decidí levantarme y ahorrarle tanta molestia.

Me voy porque no quiero oír la escena cuando se despierte y en vez de encontrarme a mí se encuentre esparcido en la cama todo lo que tenía de tornillos y de sangre manchando las sábanas y la alfombra. Ah, y se va a encontrar un poco (muy poco) de carne.

Creo que se va a poner insoportable.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

En algún momento

El corazón me latía fuertemente, yo sabía lo que pasaría a continuación, a pesar de que me reusé a volver a intentarlo después de fracasar varias veces, después de que lastimaran mi corazón varias veces.

No quería estar con él, pero al mismo tiempo cada movimiento que hacía se encargaba de guiar los acontecimientos futuros... Un poco de timidez y un poco de desconfianza.

Poco a poco comenzó a quitarme la ropa, yo cedí... Mi mente en un mundo diferente a lo que estaba sucediendo. Caos, confusión, euforia, enojo, deseo, ansiedad, emoción; una mezcla de sensaciones tan complementarias y tan contradictorias al mismo tiempo.

Un beso aquí, un beso allá; un beso, otro beso... Muchos besos. Mmmm! Esos besos que me transtornan. No lo soporto! No te soporto! Esos malditos besos que me hacen desearte más. Maldito tú! Y malditos tus besos!

Maldita la vida que me hace volver a caer en lo mismo, volver a enamorarme... Juré no hacerlo y en eso apareciste! ¿Por qué putas apareciste?

Por supuesto! Apareciste para esto! Para demostrarme que no siempre tengo la razon, para demostrarme que no controlo mi corazón.

Y con cada caricia, con cada toque, con cada beso una parte de mi se desmoronaba. Cedí ante el amor... o por lo menos ante la pasión, bajé mi orgullo y te entregué mi corazón, o lo que quedaba de él.

Sí, ya se. Me dejé llevar, pero por favor no me lastimes! Ya he sufrido bastante como para volver a pasar por la misma situación. Por el mismo desamor. Por entregar mi corazón... si es que en algún momento tuve uno.

martes, 9 de septiembre de 2008

Besos para aquella persona

Besos para aquella persona q apenas sabe que respiro
pero eso no quiere decir q para él viva,
ya q poca cuenta él pone a mis pasos silenciosos.
Que lo persiguen y acosan solo para ver sus labios
y saberlos tan suaves, tan poco agrios pero distantes.
Y poco a poco esperar en un tiempo infinito
la unión de mis labios fríos con sus dulces labios que
mi corazón desea y que por ellos mi alma sufre.....

Pero ¿q puede hacer el corazón para acortar distancias?
Esta mortal solo desea ser ángel y velar cada sueño y pesadilla,
endulzar su vida con mi dulce miel que brota de mis labios.
Podrá amar a otra persona, pero el cielo sabe que
mi alma vendería por estar en éxtasis a su lado.
Todo este dolor, con sabor a lagrimas, a sal, con sabor a ti,
no es mas que el amor intacto que no creo entregar de nuevo.

Mariposa, es mi corazón que
bate sus alas para hallarte en mis recuerdos,
pero no es ardua tarea ya que con una rosa, un beso,
una memoria, un latido te encuentro, te recuerdo, te espero.

Voces me perturban, me siguen, me hablan.
Me dicen que no volverás, pero mentiras y envidia son,
¡lo sé bien! Aunque fuese mentira el tiempo ha cesado y
me ha dejado recuerdos que cada día vivo. No como una obsesión,
mas es mi mayor deseo....

La Comunidad informa:

Hola amigos de La esquina del cangrejo, ¡es un placer saludarlos!

Queremos contarles que varias personas nos han manifestado sus ganas de escribir en el blog, así que a partir de hoy tendremos invitados especiales rondando en esta esquina. Son bloggeros con pase de acceso especial para postear durante un mes lo que quieran.

Esperamos su apoyo a estos cangrejos visitantes, ya que uno de ellos formará parte de la comunidad si es apoyado por ustedes.

Tambien aprovechamos para darle la bienvenida a Valeria y a Carla Auxiliadora quienes a partir de hoy se integran a esta Comunidad. Y por cierto, la primera bloggera invitada es Vivian del blog Vivi de Kolorez, quien ya tiene preparados sus primeros posts.

Gracias por leernos y hasta pronto.

viernes, 5 de septiembre de 2008

El último momento

Las velas estaban ya derretidas, su luz casi se extinguía, el florero roto en mil pedazos cerca de la puerta, las flores que este antes contenía sin vida y aplastadas. Y yo apenas iluminado por los pocos destellos que quedaban en la habitación, tirado en el piso como si hubiera decidido dormir en el. Así estaba mirando hacia el techo sabiendo que ya sólo me quedaban unos pocos momentos más.

Yo nací siendo uno de esos hombres que tuvieron la dicha de tenerlo todo, buena casa con su jardín amplio, comida siempre en la mesa y si está no se encontraba ahí podía llamar a las empleadas, de niño todos los juguetes que quisiera desde los típicos legos hasta las últimas consolas de videojuegos, en la adolescencia tenía el dinero para comprar lo que quisiera ya fuera un helado o un caro juego de ropa, hasta carro tenía. Además tuve la bendición de nacer muy bien parecido, no como esos imbéciles que andan por las calles y que no son más que adefesios con accesorios que enmascaran su fealdad. En fin, lo tenía todo.

Por eso siempre fui un gran irresponsable en el estudio y en el amor, me acuerdo de una tal Jimena, guapa como ella sola, unos muslos bien ejercitados y un abdomen plano plano; le prometí cielo y tierra, entiendase joyas y diamantes. Al final después de una loca noche de sexo la deje llorando con el corazón en la mano y las manos atrás de la espalda, y le dije que ya había obtenido lo que quería y le tire unos cuantos billetes para que se comprara sus diamantes, aunque estos fueran de fantasía.

Con María fue distinto, ella era una niña, y si, digo niña por que recién había cumplido los dieciséis y yo ya de veinti-tantos con mucha más experiencia que el mismo diablo, le dije que la amaba, que era lo más hermoso que había visto; y aclaro lo hermoso eran mis deseos de tenerla a mi lado en la cama. Y con esos típicos cuentos, más trillados que novelas mexicanas, le pedí la famosa prueba de amor. Claro ella en su inocencia adolescente, su humildad de típica mujer campesina que se viene enfrentando a la ciudad por primera vez y su amor hacia mi, temerosa al inicio y tierna después accedió.

La hice como quise, sin que me importara mucho que fuera su primera vez, en fin eso era lo que yo buscaba. Ella me entrego su cuerpo y su alma y por supuesto tomé sólo su cuerpo. A los días le dije que no podía seguir con ella por que había encontrado alguien más a mi altura, y le obsequie una cadenita de plata por su buen comportamiento. Aunque ese detalle no evito que se devolviera a su pueblo decepcionada y totalmente destruida.

Luego conocí a Lorena, salvaje, un poco agresiva en el sexo, de ojos como fuego y piel bronceada. Esta si fue más inteligente y logró tener mi compañía por casi medio año, obviamente medio año en el que yo probaba alguno que otro postre del menú. Hasta que un día me descubrió con una muchacha de colegio y la obligo a marcharse. Como toda mujer indignada, decidió armarme pleito y ni para que lo hizo, termino en la clínica para que le revisarán los golpes y laceraciones que le cause por mi cólera; creo que se me paso la mano, pero ella tenía la culpa por llegar antes de lo previsto, la agarre por el pelo y la golpee contra la mesita de noche de la cama y luego le di una patada que la dejo tumbada en el suelo. Y como se imaginarán ahí termino todo.

Pasó ya bastante tiempo, hasta que un Domingo cuando iba a ver las mujeres que salían de la misa de las once, la vi. Pelo negro lacio, ojos verdes, alta, morena, curvas perfectas, porte de reina y un aroma a fruta del edén.

Se llamaba Karina, y aunque al principio buscaba lo mismo que con las demás, no sé como poco a poco empecé a sentir lo que nunca antes, esa palabra que dicha a la ligera suena estúpida, pero que dicha de corazón es como el paraíso. Si, sentí amor.

¡Maldita sea! Nos casamos a los meses, firmamos los documentos legales que le proporcionarían una vida segura en caso de un accidente que me sucediera.

Ella sabía lo que iba a hacer, nueve meses después de casarnos, llegó un día y me dijo “tenemos que hablar”, esa frase todavía resuena en mis oídos, esas palabras nunca advierten algo bueno.

Comenzamos a hablar me dijo que no me amaba, que sólo había estado fingiendo que era feliz a mi lado, que yo era un asco de persona, que no sabía hacer nada bien y mucho menos el amor, y que con respecto a ese tema, me iba a enseñar algo. Y si que me lo enseñó, me enseñó mi camino a la muerte, me extendió un sobre el cual abrí al momento con lágrimas en mis ojos, ya que pensaba que era el divorcio, pero no, no lo era, eran fotos de ella, desnuda en poses sexuales con otros hombres, con mujeres, y hasta con los dos sexos a la vez.

No lo podía creer, mi vida se hizo pedazos en ese momento, le grite, la llame puta, golpee la mesa, lloré, agarre el florero y lo tiré contra la puerta, me le acerqué, pero de inmediato me aleje, me producía una extraña sensación, como de asco, con dolor, ira y desilución.

No pude más y me tire al piso, como un niño que gatea busca el abrazo de su madre. Así totalmente vulnerable por primera vez sentí el dolor de un corazón roto, justo en ese momento me paso una lista de facturas por millones que estaban a mi nombre, de vestidos carísimos, un automóvil, perfumes, joyas, viajes que se suponían que eran de trabajo y que en realidad habían salido de mis bolsillos. No necesite calculadora para saber que estaba en la quiebra, fijo por eso me dejo.

Ella se dirigió hacia la puerta agarro un trozo del vidrio del florero quebrado, con sus manos cubiertas por unos finos guantes, y me lo puso en mi palma. Y se fue sin volver a mirar atrás.

Entonces las recordé, y vi a Jimena vestida con joyas y tomo mi mano vacía y se la acerco a Lorena que sostenía mi mano con el vidrio en ella y ahí apareció María, la inocente María que tomo ambas manos e hizo que me cortara las venas no sin antes dejarme la cadenita de plata que le había regalado, en mi cuello.

Se levantaron agarraron una vela roja cada una, y la pusieron ahí donde en este momento las estoy viendo, ya casi derretidas por completo, fundiéndose con el rojo de mi sangre que avanza por el piso. Y de blanco angelical las tres mujeres a las que les destruí de vida poco a poco iban ascendiendo hacia el techo, hasta dejarme sólo.

Una última lágrima cae de mis ojos, sé que ya es muy tarde para arrepentirme, pero lo hago con toda mi alma.

La voz de Karina se oía a lo lejos diciendo que toda mi fortuna ahora pasaría a su nombre, y que todo había sido un vil montaje.

Mis ojos se cerraron y sólo mi mente es la que segundo tras segundo se va consumiendo.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Lo que nos hace falta

Por fin estábamos solos, llevábamos tanto tiempo deseando estarlo y sólo pudiendo decirlo con besos... Últimamente los besos “normales” ya no sabían a nada, queríamos besos “de verdad”, largos, que suben la temperatura del cuerpo a pesar de las malditas noches con lluvia y frío.
Pero hoy, por fin estábamos solos, presionaste con fuerza mi cuerpo entre la pared y tú, mientras me besabas “de verdad”.
El cuello, adoro sentir tus labios en mi cuello, el olor de tu pelo…
Tus manos, suaves, rápidas, lentas… para este momento ya tengo mucho calor, la ropa me estorba, mis labios están muy rojos y tengo sed. Me encanta el sabor de tu boca, sobre todo cuando tengo sed.
La pared se vuelve pequeña e incómoda, de alguna forma terminamos en el suelo. El tiempo no camina, pero todo va tan rápido…
Tu mirada, los ojos entrecerrados, esa sonrisilla… humm… sí, me gusta, me gustás mucho…
Ya no hay ropa que me estorbe, me la arrebataste sin que me diera cuenta.
También me gustan tus manos, son suaves, no me hacen daño, bueno sólo a veces, pero en este momento siento tantas cosas que esos pequeños pinchazos de dolor ni se sienten… me gustan tus manos, y tus dedos, me gusta como me tocás.

Me gusta, se siente tan bien...pero ya no tanto… no sé, de repente el vernos así, no tiene tanto sentido, ya sé, se supone que uno no piensa, por lo menos no en esta situación, y no es que no tenga ganas, simplemente al verte encima mío, te quiero apartar, quita, quita…
…No sé… a lo mejor lo que hace falta entre nosotros no es el sexo.

¿Cuestión de edad?

Debía tener quince años o más que yo, pero no importaba, ¿o si?.
Nos besábamos intensamente, y yo sentía que mi corazón se iba a salir de mi pecho, después de años de observarle, de sonreírle y saludarle; por fin podía sentir sus carnosos labios contra los míos.

Mi ojos querían llorar de la felicidad no lograba concebir que fuera verdad lo que estaba viviendo, en mi propi cuarto como siempre lo había fantaseado, con las esencias de aromas que decoraban cada rincón de mi habitación. Su vientre sobre el mío, nuestros ojos conectados como si pudiésemos ver a través de nuestras almas.

Note su sonrisa pícara, esa sonrisa que me hizo enamorarme desde el principio, por supuesto ya sabía que yo que debía tener mucha más experiencia en cuestiones del amor y sus aventuras. Pero en ese momento no me importaba mucho ¿o si?

Yo apenas estaba estudiando, y mientras veía su ropa por el piso no podía dejar de pensar que venía del trabajo. Notó mi momentánea duda y con suavidad me volteo nuevamente hacia su rostro y me miro fijamente con esos ojos color café que hacían estremecer cada uno de mis poros, y me preguntó.

¿Te estás arrepintiendo de lo que hacemos?

De inmediato le dije que no, y deslice mis dedos por su cabello mientras podía ver pequeños y delgados cabellos blancos dispersos por todo lado.
Baje mis manos por su espalda sentí su piel bien cuidada, sin rastros de impurezas, sentía el calor de su piel, su aroma, su respiración y mi corazón seguía latiendo a mil por hora.

Sabía que eso había sido amor a primera vista, pero la duda me comía.
¿Más de quince años es mucho o no?

En realidad estaba buscando alguna excusa para no hacer lo que estaba haciendo. Cerré los ojos mientras sentía su presencia. En realidad su edad no me importaba.
Volví a mirar su ropa en el suelo, vi su enagua, sus prendas íntimas, su blusa. La volteé a ver nuevamente y la besé.

No definitivamente su edad no me importaba. Mire hacia donde estaba mi ropa y pude contemplar mi propia enagua, mis medias, mis zapatos, y el resto de mi ropa.
No, definitivamente no era su edad la que me hacia dudar.

lamentos celestes

Para mi chica de canela
Donde sea que estés
Te sigo esperando

Una noche más salí solo a adorarla
Allí estaba, en el mismo lugar de siempre
Hermosa como siempre
Lejana como siempre
Sola, como siempre

Y yo, como siempre, me conformé con contemplarla
De lejos, como siempre
Pero esta noche todo cambió
Para siempre
Para bien o para mal, todavía no sé

Hoy no portaba su suave sonrisa
El cielo no se iluminaba con su rostro
Mi corazón no se detuvo con su mirada
Eran sus lágrimas las que me aturdieron

Ella lloraba
Y sus lágrimas se esparcieron por todo el firmamento
Y sus suspiros bailaban entre las copas de árboles
Y mi alma se rompió en mil pedazos

Caí de rodillas, tal escena fue intolerable
Cientos de veces he anhelado hablarle
Hemos pasado solos incontables noches sin cruzar una sola palabra
¿Qué clase de desgracia pudo haberla hecho llorar?
¿Qué desdicha cayó sobre ella que pueda sacar sus preciadas lágrimas?

No logré soportar su llanto en silencio
Clamé al cielo en desesperación
“Puede que no me conozcas, pero por años he venido a adorarte en silencio
puede que no me creas, pero eres lo más importante en mi vida
puede que no lo parezca, pero tu llanto me rompe el corazón”

Ella me dio la espalda
Insistente, perseguí su faz
Pero ella continuó alejándose

Pasé horas implorándole que me respondiera
Sin respuesta alguna, con lágrimas secas en mi rostro
Temblando de frío y dolor
Di media vuelta y me dispuse a volver a mi morada

Una voz celestial habló a mis espaldas
“No me mires, solo escucha”
Sentí el impulso más grande de mi vida
Sentí el deseo de verla mientras me hablaba
Pero le hice caso a ella en vez de a mis deseos
Y solo pude decir, tartamudeando
“dime”

“Todas mis noches he estado en este oscuro balcón
por siglos, totalmente sola
hasta esa noche otoño, cuando saliste llorando de tu puerta
Me has acompañado noche tras noche
me has cantado, me has leído, me has hablado
y he disfrutado cada momento de tu presencia”

No me hubiera atrevido siquiera a soñar que ella conocía mi existencia
Incontables poemas han alabado su nombre
Majestuosos palacios se han erigido en su honor
Y yo solo soy un pobre hombre, sin arte ni castillo
Con solo un lastimado corazón para ofrecerle
Y ella se fijó en mi, quien no tiene nada que dar

Ella continuó con su lamento
“Estas noches contigo han sido las mejores de mi vida
pero con el tiempo, se aprende que todo acaba
y predigo que nuestro tiempo se acaba
y volveré a estar sola, rodeada de mis lágrimas”

Yo juré que nunca la dejaré,
Le prometí todo, mi alma, mi futuro y mi hueco corazón
Pero mis promesas no cambiaron nada
Su llanto se fue alejando,
expulsado por el amanecer de mi último día de soledad,
de poesía y de dolor

Desde esa noche, la humanidad entera se maravilla
con sus lágrimas
Se escribieron canciones, se les confirieron nombres
Se hicieron mapas y se les atribuyeron constelaciones

Pero yo solo sé
lo que significa cada estrella
La soledad de los astros
Mi poesía sin mi mujer
Mi amor sin respuesta

Cuestión de sudores

Acababa yo de escribir el punto final de esa novela que me mantuvo ocupado durante más tiempo del previsto. Pensé que bastaba con girar un poco mi muñeca para dar por terminado todo aquello. Fue así como me encontré de nuevo ante las aguas de la soltería, tan basta, tan cálida. Y cómo buen hombre que soy, cargue mi arma y me lancé a cazar.

No me resultó tan difícil como pensaba. Un poco de estilo, una cuota de romanticismo y presto. La primera presa cayó en mis brazos... Yo siempre he pensado que hay gente que nació para ser cogida, gente que con cualquier cuento se la llevan a la cama (en el menos creativo de los casos, claro está), y otros que nacimos simplemente para cortar cabezas.

Jaja me burlo de mí mismo por cómo sonó eso, me sentí Mr. Algo por un momento. Pero esta historia fue así, rara. Salí con las ganas de algo más que unos tragos, un baile, un aprete y un número de teléfono. La suerte me acompañó esa noche (parece que vio mi cara de desesperado en celibato) y resultó que ligué.

La rutina previa fue corta, encontré poca resistencia ante mis manos irreverentes y mis gestos lascivos. Unas cuantas palabras que transmitieran mis intenciones y en pocos minutos ya íbamos en mi carro camino al matadero. ¡Ah, qué bonita es la sensación de macho libre y cogedor!

Llegamos y no dejé que abriera la boca para pronunciar palabra, saqué mis instintos primitivos y me entregué a saborear, a tocar, a oler como un animal en celo. Entre aspiraciones y caricias desnudé su cuerpo. Esa noche me sentía animal, quería sexo creativo, sexo exótico, como en los viejos tiempos.

Pronto, muy pronto, nos convertimos en un amasijo de carne mojada. Debo confesar que el sudor es uno de mis fetiches más queridos, y digo uno porque eso de los fetiches es todo un arte del cual descubro día a día más secretos. Me gustaba su olor, apenas perceptible, un poco seco y embriagador. No podía contenerme y lo probé, quería más, mucho más. Ese saborcito salado me tenía en las nubes. Empecé a recordar. Ese sabor no era igual, le faltaba textura, le faltaba esencia...

¡Me cago en la memoria! De verdad que en momentos así no me sirve de nada. ¿Cómo es posible que en media cogida me este acordando de vos, del olor de tu cuerpo sudado? Pensé que cuando uno ponía un PUNTO FINAL era precisamente eso, UN FINAL. Es hora de cambiar de estación, eso de los sentimientos baratos y las cursilerías rosas no es de machos como yo. Con esa idea en mente me dispuse a ignorar la avalancha de sensaciones que me recordaban tu cuerpo escurridizo, que no hace mucho tiempo atrás se perdía entre mis piernas.

¿Y es que cómo podía ignorar que tenía sexo en la misma cama en la que hacía el amor con vos? ¿Cómo explicarle a mi cerebro que entre coger y hacer el amor la diferencia es el amor? Ya no quiero recordar, bueno, lo que no quiero es pensar, recordar por lo menos me excita, aunque cuando esté solo me funda en la melancolía...

¡Mierda, ya es suficiente! Lo que tengo que hacer es concentrarme en seguir cogiendo que si no esta noche quedaré como un mal polvo ante mi nueva presa. ¿En qué estaba? ¡Ah si, en el sudor! Me recargué despacio sobre mi amante y empecé a succionar su cuello con la fiereza animal del recuerdo de un cuerpo ahora ajeno y con el resonar instintivo de la memoria de mis sentidos. Poco a poco mi lengua busca nuevos sabores mientras baja por la línea secular que me lleva hasta un ombligo y más abajo a mi agasajo favorito. Esa noche fue larga. Recordar y tratar de olvidar, junto con las ganas de coger, son uno de los mejores afrodisíacos que he probado en mi vida. Lástima que tenga el peor efecto secundario para los hombres, el sentir que hemos perdido a alguien que de verdad llegamos a amar.

martes, 2 de septiembre de 2008

frío

el frío?
A quién le interesa el frío? Podría arder todo el edificio en llamas, caerse por culpa de un terremoto que realmente no me importaría con tal de seguir atrapada entre tus brazos. Supongo que no se esta realmente atrapado si es una decisión, pero si pudiera escoger, me quedaría atrapada por el resto de mi vida en este preciso instante.
Hay algo increíble acerca de tus brazos, podrás quejarte todo lo que querás acerca de ellos, pero solo tenerlos a mi alrededor me hace bailar por todas las nubes del cielo. Si tan solo supieras cuan genial se siente tenerte junto a mí: los episodios de ansiedad de saber que te voy a ver, el sentimiento de vacío en el estomago, la felicidad eufórica que aflora.
Tan solo saber que voy a estar contigo me pone un sonrisa tonta sin sentido. Cada encuentro es como una bocanada de aire fresco, una fantasía hecha realidad, un hecho que todavía no logro explicar. Cada beso algo nuevo, cada caricia algo inesperado. Tus manos provocan momentáneos clicks eléctricos mientras recorres mi cintura.
Mis rodillas tiemblan mientras tocas lentamente mis labios con los tuyos y me atrapas entre tus brazos.

Fantasía

Salí de mi casa como todos los días, disfrutando del sol de la mañana y de ese intenso olor a tierra húmeda que queda flotando en el ambiente luego de que el sereno de la madrugada se precipitara.

Pase a la pulpería para comprar mi ya normal “desayuno” que incluía una manzana, y un yogurt de cualquier sabor. Sin embargo esa mañana algo diferente estaba ocurriendo con mis emociones, no lograba concentrarme, estaba acelerada e inquieta, y a la vez a la expectativa deseando que fuera la hora de la salida en mi trabajo.

Por cuestiones de mi profesión, secretaria de un abogado, tenía que andar excesivamente bien presentada tanto o más de lo que mi salario podía cubrir; pero eso no era lo que me molestaba ya que para casi todas las mujeres sentirnos atractivas es algo que nos hace sentir bien. El verdadero problema era la falta de locura, pasión, creatividad o como le quieran llamar, en la rutina de contestar y colgar el teléfono.

Siempre de niña soñé con ser una bailarina de tango, de esas que usan vestidos atrevidos pero conservadores, sensuales pero a la vez refinados, zapatos con tacones altos que le daban clase a quien los portaba, y esas gargantillas y accesorios enigmáticos que mi escaso sueldo no me dejaba poseer.

También soñaba con ser una cantante de ópera, cuya voz se pudiera oír con la fuerza de quien canta desde el alma; o tal vez una pintora para poder crear esos mundos de fantasía y llenos de color.

Ya era demasiado, yo sabía que no podía continuar así, ocupaba algo de pasión en mi vida. En eso mordí la manzana que tenía en mi mano y la sensualidad que me produjo en los labios me llevó a un éxtasis en el cual debo admitir desee algo más que simple pasión.

Así paso el día atendiendo al Señor Rodríguez, al Señor Guzmán, a Don Jeremías de la O, Doña Socorro Castro, en fin un montón de nombres que recuerdo sólo por lo monótono de la rutina. Hasta que por fin eran las cuatro, casi sin despedirme salí de mi trabajo decidida a hacer algo creativo.

Luego de una hora de caminar y pensar por las calles que transitaba normalmente, seguía sin saber que hacer. Resignada me devolví hacia la parada de mi bus y fue ahí cuando oí ese sonido.

Alguien a la distancia escuchaba tango, me fui acercando y vi que el sonido salía de una pequeña ferretería de pueblo, en eso se me ocurrió una idea, darle un nuevo color a mi casa. Entré decidida a comprar medio galón de pintura verde y medio de amarillo, ya que era lo máximo que podía comprar de momento.

Una vez dentro vi que nadie estaba atendiendo toque con una moneda el mostrador pero nada, sólo se oía la música salir a través de una puerta atrás del mostrador. Con miedo y a la vez un poco de excitación por hacer algo indebido me pase con cuidado al otro lado y me asomé por la puerta.

Justo ahí lo vi, no muy flaco y no muy grueso, alto yo diría que alrededor de metro ochenta, pelo rubio recogido en una cola, ojos castaños, y camisa blanca apretada y jeans sucio por el trabajo pero que no ocultaba la redondez de sus curvas casi perfectas. Sin poderlo contener ahogue un suspiro y él se volvió.

Extrañado y asustado por mi presencia me preguntó por lo que se me ofrecía, no pude responderle, el tango en mis oídos, él en mi vista, mi corazón acelerado y mi feminidad deseosa de sensaciones; me hicieron abalanzarme sobre él y empezar a besarlo.

Pasado el primer susto el me correspondió, cerró la puerta y sin querer derramo un tarro de pintura color lila que al parecer era una mezcla que estaba preparando. Nerviosa intente ayudarle a limpiar el reguero pero sólo logré resbalarme y caer sobre la pintura.

En eso yo que deseaba salir corriendo por la pena sentí como sus brazos me sujetaban por detrás y suavemente sus manos me iban desnudando, poco a poco tomé control de lo que pasaba y empecé a quitarle sus prendas. Estábamos desnudos uno sobre el otro en el piso, y justo ahí decidí expresar mi creatividad, con la pintura que estaba embarrada en mis manos lo empecé a decorar su pecho, sus piernas, su espalda, mientras sentía como él motivado por la circunstancia también dibujaba sobre mi piel trazos de distintos colores que había derramado adrede.

Entre el sudor de la pasión, los colores, las sensaciones y la música nos unimos completamente, mientras nos besábamos y respirábamos con excitación.

Después del intenso fogueo de sensaciones, me quede dormida y cuando desperté estaba en mi cama y sobre mi vientre una carta con un pedazo de papel dentro con diferentes manchas de pintura me voltee a ver y vi que estaba limpia, tomé la manzana que tenia a mi lado la mordí y recordé como ese mismo día temprano esa manzana fue la que me impulso a soñar con mi mayor fantasía.

Me vestí salí de mi casa, me dirigí de nuevo a la rutina del trabajo pero con una sonrisa en mi boca.

Al menos había logrado en una muy real fantasía lo que en mi vida normal no lograría.