domingo, 26 de octubre de 2008

Ella sabía...

Ese día estábamos caminando sin rumbo alguno, oyendo el cantar de las aves, y el sonido de la suave brisa al pasar por las copas de los árboles. Sin duda alguna ese día estaba resultando perfecto, su risa suave y delicada, su pelo negro y sus grandes ojos verdes que parecían que podían contemplar la vida misma con una sola ojeada.

Así caminamos ese día tomados de nuestras manos, como cualquier pareja, ella bien arreglada y con un delicado perfume a flores, y yo un poco desaliñado como era mi costumbre, y usando mi colonia favorita.

Esa era nuestra última salida de domingo, juntos como novios, ya que el siguiente domingo saldríamos a pasear pero como esposos.

Ya eran cinco maravillosos años juntos, con sus peleas normales como cualquier pareja, pero también con esos momentos compartidos que logran que la boca se separe un poco más de lo habitual, y más con una velocidad más pausada que la normal, pueda decir esas dos palabras que al oírlas de la boca de la otra persona hace que el cuerpo se estremezca.
Un te amo, o dos al día, nunca nos venían mal, aunque procurábamos no decirlo con mucha facilidad, para hacer que las palabras siguieran conservando su significado y más aún su intenso poder.

Por esas y otras razones que son más animales, esa noche nos sentamos en el sofá de mi apartamento e hicimos el amor como nunca antes, sabiendo que nuestras vidas iban a unirse de por vida, y que podríamos empezar a forjar el sueño que nos mantenía vivos de ilusión. Juntos queríamos poder adoptar, y criar una hermosa familia, ya que ambos como pareja no teníamos la bendición de poder procrear, nunca supimos cual de los dos era el infértil, esto para evitar posibles recriminaciones; así era nuestro amor.

La semana transcurrió con total normalidad, no nos íbamos a ver hasta el sábado para poder ultimar los pequeños grandes detalles de la ceremonia del día siguiente. De la manera acordada nos vimos ese sábado, fuimos a comer un helado porque curiosamente ella quería uno con ese frío y lluvias de setiembre. Entonces fuimos a comer helados, ella con su sabor a menta, yo con mi sabor a chocolate, al final como imaginarán entre besos y abrazos, los sabores en nuestras bocas se mezclaron, generando una deliciosa combinación.

En el momento que terminamos nuestros helados, y nos dirigíamos al salón de la fiesta, le sonó el celular y con la calma y dulzura que la caracterizaba lo contestó, pero, no acabo de decir “¿aló?”, cuando sólo sentí un puñal en mi espalda, mis ojos se abrieron y la vi a ella gritando sin que surgiera voz alguna de su garganta por el terror y tratando de resistir, en ese jaleo el hombre que le intentaba arrebatar el teléfono saco una pequeña pistola y le disparo a su pecho; ella instintivamente soltó el teléfono y cayó al piso. Y justo entonces me di cuenta de que ella si había gritado y que su voz si había salido, y que su resistencia a entregar el celular se debía a que había sido yo el primero en salir herido.

Sentí el puñal en mi espalda, y poco a poco perdía el conocimiento. Cuando desperté en el hospital, me dijeron que los dos habían fallecido. Yo extrañado pensé que alguien había matado al ladrón, justo entonces el doctor me sacó del error, y me dijo que íbamos a ser padres.
En ese momento lo comprendí todo, su antojo por el helado, su dulzura más intensificada que lo normal, y ese brillo en sus ojos como si contemplará a la propia vida. Ella lo sabía y me lo quería decir el día de nuestra boda.

Ella sabía que nuestro sueño estaba más cerca de lo jamás esperado.

Ella sabía que yo la amaba.

Ella sabía que iba a ser madre.

Ella sabía que yo iba a ser padre.

Ella lo sabía…

1 comentario:

  1. Muy linda la historia, es bonito pensar en estar en una relacion donde aunq pasen los años el amor q se tiene entre los dos se mantenga tan intenso y tan vivo como en el inicio. Y como a pesar d las dificultades y los obstaculos poderse mantener uno al lado del otro. Muy buena la historia triste al final y peus si el cambio en la trama fue muy abrupto para mi gusto pero en general esta excelente...

    ResponderEliminar