miércoles, 22 de octubre de 2008

Decirte adiós

Cuando dices, que fui un timador de emociones
En realidad, eso no me conmociona,
Puedes decir que fui calculador,
Pero no por eso voy a tratar de hacerte sentir mejor.


Y es verdad, pude haber sido ser mejor,
Y es verdad, tal vez fui cruel,
Pero yo sé que fuiste más infeliz al quedarte sin mí,
Yo sé, te lo juro
Que estarás tres veces más triste sin mí.


Así que me puedes decir ¿cómo es qué medías ese “amor”?
Si todas esas charlas agridulces, salían de tu boca.
Y al yo tener que saborear esas palabras,
Se me dificultaba el tragar,
Pues eso fue lo verdaderamente dulce,
El saber que me volví inmune
A tu manipulación y a tus juegos.


Pero ya no se puede volver al inicio,
Porque nuestro tiempo ya murió.
Y adoro, y amo, el verte sufrir sin mi amor,
Y te juro que nunca más volverás a tenerme atado.

Pudiste comprarme, quebrarme,
Besarme y hasta mantenerme,
Aunque luego de haberlo intentado,
Me perdiste para siempre.
Porque después de todo fue inevitable que me deshiciera de ti.

Aún sabiendo que me necesitabas
El doble de lo que yo a ti.

Y ahora sé,
Que dejaste de vivir, cuando me fui,
Y ahora sé,
Que puedo reír por ese fin.

PD: Esto fue algo que debí haber escrito hace mucho tiempo (no es nada elevado, ni mucho menos algo muy elaborado, es solamente una despedida sencilla). Con esto pongo fin a esas "Ruinas de Herejía" que durante ya bastante tiempo, he tratado descifrar. Ahora es momento de recapacitar y demostrar que todo aquello que hizo daño, estorbo, o no ayudo en nada; ahora da igual. Porque el presente se encuentra mejor que nunca, y el pasado en pasado tiene que quedar.

1 comentario:

  1. Ja jaaa... me he reido...

    Tengo unooo que es bastante similar...

    Lo que a veces duelen de las rupturas es el tiempo invertido... (en mi opinión)...

    ResponderEliminar