miércoles, 25 de junio de 2008


Si mis labios fueran de sal ¿los besarías igual?
Si el mar consumiera mi alma ¿serías mi afluente de dulce agua?
Flores frescas, mi lirio rojo ¿Impregnarías en mi piel tu aroma?

Nuestra agua no fluye más,
pero tu corriente salvaje te dejó en mi pecho.
Y en el arrecife de mis sábanas descanso
seco, seco, seco...

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