viernes, 20 de junio de 2008

Reconciliación

Y aquí estamos. Una guerra anunciada entre sábanas. Un beso rojo, una mirada sutil, unos labios sedientos, siempre después de los gritos, los reproches, viene un mordisco certero. ¿Es tu casa o la mía? No puedo pensar sólo seguir mi camino. ¿Es tu cama o la mía? No importa, tu sólo sigues el tuyo. ¿Es tu cuerpo o el mío? No sabemos, solo seguimos el rumbo.

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