sábado, 19 de julio de 2008

Amor de canela

Adoro esa ternura con la que me vez cada mañana al despertar. Esa mirada de miel que esbozas entre las sábanas blancas de mi habitación. Justo cuando el sol travieso se cuela entre la ventana reflejando sus rayos en tu suave piel y dándote ese toque angelical que me hace venerarte. Mi guardia de macho feroz cae a tus pies y no puedo hacer más que perderme entre la oscuridad azabache de tus ojos. Esos ojos en los que se deshace mi cordura y se reflejan mis más profundos sentimientos.


¿Cómo es posible que tu cuerpo, tan frágil, tan débil, tenga ese poder sobre mi?


Y es que esa sonrisa pícara que se pinta en tu boca de cereza es capaz de hacerme ir al cielo y pelear con los dioses para traer hasta ti el Sol, la Luna y todas las estrellas que hagan falta para iluminar tu existencia, tu destino, tu vida que es mía. Y no porque yo sea tu dueño, es que de ahora en adelante tu suerte es la mía, te pertenezco y vivo por ti, solo por ti.


¿Cómo decirte? ¿Cómo explicarte lo que siento?


Mis ganas no aguantan y mis manos inquietas buscan tus tersas mejillas de durazno maduro, mis labios anhelan el sabor a vainilla de tu boca y ese aliento a naranja fresca que despierta mi deseo. Quiero besarte, lento, pausado, saboreando cada milímetro de tu boca. Besarte como si mi vida dependiera del elixir de tu saliva. Pero no, mis labios no reaccionan, tienen algo más intenso y más importante que hacer...


¿Qué sucede? ¿Qué puede ser mejor que perderme en tu boca gitana?


Acostado a tu lado me acerco a ti, te estrecho entre mis brazos y acerco mi boca a tu cuerpo. Con los ojos cerrados avanzo por tu cuello. Sin decir una sola palabra voy posando mis labios justo al lado de tu oreja. Mi corazón grita, cada vez más fuerte, mi boca quiere que lo oigas, mi alma anhela que escuches sus palabras. Y es así como mis labios musitan un susurrante “te amo”


¿Qué he dicho? ¿Qué es esto que siento? ¿Qué pensarás?


Me alejo nervioso, es la primera vez que me acorrala el corazón. No puedo hacer nada para evitarlo. Esa es tu fuerza, eso es lo que me haces sentir. No se que atravesó tu mente al escucharme exclamar esa dupla gritada desde mi pecho. Nos quedamos quietos y de repente volvió tu mirada de dulce de leche y esa sonrisa matadora. Te acercaste a mi y me entregaste tus labios, lento, pausado, saboreando cada milímetro de nuestras bocas...



Te amo,
hoy más que nunca
con todo mi ser y mi alma...

1 comentario:

  1. como siempre... muy muy explicativo - palabra mia jeje - me gusta mucho la forma en la que escribes, la forma en la que plasmas en un texto corto justo lo que quieres decir. Es algo qe a mi no se me da muy bieen ><

    ii pues sin duda su blog es uno de mis favoritos, seguido paso por aqui pero casi nunk con tiempo suficiente para dejar comentario, el dia de oii rompoo reglas ii aqii ando dandome un tiempo.

    En conclusion, un relato muy bien escrito

    ResponderEliminar