lunes, 25 de agosto de 2008

Ella y Él (Parte 1)


Él


Salí de ese corredor con la sonrisa más grande que se puedan imaginar. Mi cabeza volaba. Sentía que mis labios me quemaban de gusto. Atravesé la ciudad como el hombre más feliz del mundo entero. Primero silbé un poco mientras caminaba, pero mi dicha era tanta que me lancé a corear al mejor estilo de Broadway. Ni la lluvia era capaz de arruinarme el momento y ahí estaba yo, cantando bajo la lluvia...

“You're just too good to be true, Can't take my eyes off of you.
You'd be like heaven to touch, I wanna hold you so muuuuch…”

La gente me veía como si estuviera loco, pero a mi no me importaba. Yo solo quería gritar que la amo, que la he amado desde siempre y que esta noche por fin probé sus labios. Fue justo como lo soñé: una noche fresca, la luna iluminándoos, ella con su vestido rojo y su mirada perdida, yo con mi deseo y mis sueños a flor de piel. La miré y ella me miró, me acerqué y ella se acercó, abrí mis labios y ella los recibió gustosa.

Desde que la vi aquella tarde cuando llegaba al colegio, descubrí que mi corazón era solo suyo. Esperé paciente todos estos años añorando el momento correcto para mover mis fichas, jugando el papel de amigo, de confidente. Esperé a que se cansara de él, yo sabía que tarde o temprano no querría seguir soportando sus desplantes de macho y esos besos que le daba mientras la manoseaba de forma indecente.

Yo sé que a los hombres se nos prohíbe sentir, pero la conozco y ella quiere alguien tierno que la trate como su princesa y no me importa lo que piensen los demás, yo seré para ella ese príncipe azul que tanto ha buscado.

Nos separamos, fue el beso más dulce de mi vida... bueno... fue mi primer beso... guardado especialmente en mi boca para ella. La miré con dulzura y me sonrió. Ya era tarde. Le dije que lo había pasado muy bien que me encantaría salir de nuevo y ella prometió que me llamaría.

Dejó de llover justo cuando llegué a mi casa, estaba empapado pero no sentía nada más que sus labios sobre los míos. Entré y me fui directo a mi cuarto, tenía un sonrisa y una cara de imbécil que con nada me podía quitar. Me cambié y me tiré en la cama. Solo podía pensar en ella, en lo bella que es, en lo bien que besa y en cuanto la ama mi corazón y mi alma...

(Continuará)

1 comentario:

  1. mmm, esta historia...ambas partes...me suenan conocidas, jeje, me identifico mucho con la historia. Mi novio era mi amigo y yo andaba con alguien más. Él es dem tierno y lindo y ...es menor q yo.
    Claro no es igual, él no era inexperto, aunq yo tenía más experiecia, y los hechos no son iguales, pero al leerla reviví X momentos, jeje.

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